Como recordareis, en mi publicación anterior, os contaba que emprendería un proyecto individual de limpieza denominado «Me aportan y yo aporto», luego de un mes y medio os voy a confesar que debido a diversas circunstancias no le he dedicado mucho tiempo, sin embargo he estado muy consciente en cada una de mis interacciones, lo que ha favorecido indirectamente al objetivo principal del proyecto: definir lo que aporta y lo que no; así que voy a aprovechar el cierre de este año 2016 con la historia de mi experiencia.
La primera semana del proyecto hice revisión en mis redes sociales, para determinar el grado de interacción que realizaba con las personas /páginas que tengo entre mis contactos y aunque había algunos con los que la comunicación era inexistente (los borré sin más), la gran mayoría son personas y páginas con las que interactúo habitualmente, así que decidí mantenerlos y volcar mi atención en las interacciones «a pie de calle».
Las semanas siguientes, me permití saborear (si, como si fuese un bombón de chocolate con relleno) cada una de las sensaciones y sentimientos que me producían las diversas interacciones que mantenía. La «degustación» de mis momentos compartidos con otros, agudizó mi empatía ya que alguna mala interacción no basta para enmarcar a esa persona en » las que no me aportan» y desecharla sin más.
De esta forma, descubrí que el proyecto de limpieza, no se limita a un período de tiempo, porque todos los días nos traen aportes y desechos; y la clave está en «degustar y saborear» haciendo balance con las cosas buenas y malas que se han puesto de manifiesto en otros y en mi al interactuar; para quedarme con lo que yo aporto y me aportan y así relativizar al día siguiente con una perspectiva más amplia que me permita dar lo mejor de mí y obtener lo mejor de cada persona con la que me cruce.
Así que seguiré degustando y saboreando todos los momentos e interacciones que traigan los años venideros!!!
Y vosotros ¿¿os apuntáis??
Última historia escrita en mi blog en el año 2016.
AdrIsa 😘
