Desde septiembre os he contando en algunas de mis historias cómo me va con la formación que estoy realizando para mejorar personal y profesionalmente; porque aunque los cursos abarcan diversos temas, en esencia tienen muchos puntos en común que estoy segura podréis aplicar en vuestro día a día.
¿Estáis haciendo algún curso en el que veáis aplicaciones más allá de la temática específica?
Hoy os voy a contar sobre ese momento en el que después de pensar mucho y darle muchas vueltas a la situación que nos incomoda (profesional, personal, familiar, de pareja, con amistades, etc.), decidimos buscar algo que nos permita deshacernos de esa molestia y avanzar hacia otro punto en el que podamos apreciar todas las bondades de las que disponemos. Sin embargo, en los cursos que estoy haciendo destacan que generalmente solemos quedarnos en ese «limbo mental» sin movernos; ya que lo más fácil es postergar hasta el infinito ese primer paso para empezar el nuevo recorrido. Ciertamente asusta muchísimo, porque nunca hemos estado allí; pero hay que salir de nuestra zona de confort para descubrir el enorme abanico de posibilidades a las que podemos acceder.
Es impostergable avanzar, movernos, buscar, hacer. Lo único constante es el cambio, por eso debemos ser flexibles y estar dispuestos a evolucionar hacia cosas nuevas y desconocidas que nos aporten valor emocional e intelectual que nos permita sumar a nuestras vidas y a las vidas de todas las personas con las que interactuemos.
Contadme, ¿Estáis dispuestos a dejar de postergar esos cambios que os harán sentir mejor y aportaran valor a vuestras vidas?
Historia escrita en el año 2017
AdrIsa 😘