Desde que compartí con vosotros la receta de los bombones, me he sentado infinidad de veces frente al ordenador para desarrollar alguna de las historias que tengo apuntadas en mi libreta; sin embargo cada vez que lo hacía sentía que no surgían las palabras para contar esa historia, entonces pasaba a otra y me ocurría exactamente lo mismo. Como el proceso no paraba de repetirse, decidí dejar de intentarlo y dedicar el tiempo de escribir en otras actividades como leer, caminar y estar con la familia y amigos.
Sustituir el tiempo de escritura no dio mucho resultado, puesto que en las otras actividades, continuaba buscando la razón por la que no lograba describir mis historias. Empecé a estar de mal humor y saltaba a la primera, porque si me ponía a escribir las ideas no fluían y perdía el tiempo; y si me ponía a hacer cualquier otra cosa también estaba perdiendo el tiempo porque no disfrutaba lo que hacía.
En algún momento de mis rutinas diarias, logré tomarme un momento conmigo y me senté a escuchar un poco de música, pero cuando saltó la publicidad de Spotify emperecé a pensar en todas las cosas que tenía pendientes por hacer y para cuando volvió a sonar la música ya me había puesto a elaborar un listado de las actividades que tenía pendientes asignándoles números que indicaban la prioridad.
Mientras elaboraba el listado, decidí apuntar las ideas que me interrumpían en la enumeración y fue entonces cuando comprendí porque no lograba describir mis historias. Resulta que en mi día a día están ocurriendo un montón de cosas que demandan mi atención y a la vez tocan mis emociones; lo que me hace estar conectada con esas situaciones. Conectada. Eso es lo que me ocurre; es decir, lo que cuento son mis vivencias y necesito conectarme con las historias que tengo apuntadas para plasmarlas en el blog.
Así que intenté escribir sobre las situaciones con las que estoy conectada en este momento y sólo conseguí un batiburrillo de palabras e ideas inconexas; no obstante fue un ejercicio interesante porque logré plasmar todo lo que pienso y siento con relación a lo que ocurre en: mi país de origen (Venezuela), mi país como ciudadana del mundo (España), mi trabajo, mi familia, mi casa. Por supuesto, al acabar de escribir me saltaron las lágrimas porque la prioridad es dejar de procrastinar en las preocupaciones por lo que no puedo hacer y centrar mi atención en lo que puedo y debo hacer para continuar avanzando en todas aquellas actividades que realizo actualmente y por supuesto en aquellos proyectos que también requieren dedicación para que formen parte de mi realidad.
Todos pasamos por momentos en los que nos vemos inmersos en un batiburrillo de cosas y no sabemos por dónde empezar para salir de él; es por eso que os he contado mi experiencia y lo terapéutico que resulto escribir para salir a flote nuevamente.
Contadme ¿qué hacéis para salir de vuestros batiburrillos?
Historia escrita en el año 2017
AdrIsa 😘
