Por aquí he tenido un verano muy intenso.
El mes de #Julio transcurrió entre las 4 paredes del salón de mi casa y la playa, ya que durante las mañanas me dedique a escribir mi primer libro (Sí, no tengo palabras para describir mi emoción absoluta) y por las tardes aproveche cada rayito de sol en las bonitas playas de Galifornia (incluso me di varios chapuzones en el mar, aunque el agua estuviese muy fría jejeje).
Los fines de semana intenté quedar con algunos amigos y familia, pero al ser solo 8 días, quedé con quienes también estaban disponibles y hasta pude ir a la despedida de soltera de una amiga (fuimos en barco y menudo numerito con mis mareos y náuseas, pero igual lo pasamos genial entre muchas risas).
El mes de #Agosto fue un visto y no visto porque las dos primeras semanas continué con la rutina de escribir por las mañanas, playa por las tardes y los fines de semana quedadas. A partir de la tercera semana mi marido y yo empezamos las vacaciones, que ahora os cuento cómo nos las montamos.
Nos planteamos unas vacaciones de 3 semanas llenitas de reencuentros con #FamiliAmigos que teníamos meses/años sin ver, lo cual implicó mucho tute en cuanto a actividades para poder disfrutar a tope de cada momento con ellos y podría deciros que fue también un cursillo pre-padres, ya que los primos y los amigos con los que compartimos vacaciones y piso tienen peques, por lo que todo giro en torno a sus horarios de comidas, siestas, ducha, etc.
Por si os lo estáis preguntado, la respuesta es sí, mi marido y yo estamos agotados jejeje; sin embargo hemos confirmado que aun tenemos ganas de ser padres, porque aunque es alucinante todo lo que hay que gestionar, definitivamente cada sonrisa, beso, abrazo y gesto de alegría de los peques van llenando el corazón de una satisfacción que solo se puede describir con todo lo que encierra el significado de la palabra AMOR.

Por supuesto, éstas vacaciones me hicieron «descuidar» las relaciones habituales de la #FamiliAmigos más cercana; y también la escritura de mi libro porque todavía no he logrado desarrollar la capacidad de sacar más horas para estar y disfrutar con todas las personas que quiero al tiempo que voy escribiendo jejeje.
Así que la llegada de #Septiembre me ha pillado casi por sorpresa con todas las despedidas juntas y los lagrimones que estas implican:
- Despedir las vacaciones y con ellas a la #FamiliAmigos con quienes las compartimos
- Despedir el veranito y con él a los largos paseos por la playa hasta ver atardecer
- Despedir a una de mis hermanas que estará un año de Erasmus en Italia
Sin embargo, tampoco he tenido mucho tiempo para digerir tanta despedida, porque como bien sabéis el mes de Septiembre es de comienzos, por lo que los encargos de cosas por hacer salen hasta debajo de las piedras y con poco margen para apuntarlas y organizarlas en la agenda con la finalidad de que no se me escape ninguna:
- Quedar con la #FamiliAmigos que descuidé durante el verano para ponernos al día (os echo de menos y os quiero, así que estoy haciendo malabares para poder quedar lo antes posible, espero lo entendáis)
- Terminar el libro para publicarlo en octubre (escrito ya lo tengo, ahora falta la parte de maquetación que también hago yo con ayuda de mi padre)
- Empezar las reuniones de un proyecto precioso de voluntariado al que me apunté en junio y os contaré en otra historia
- Y todo aquello que vaya surgiendo de imprevisto en mi trabajo en el comedor, porque en el inicio de curso escolar todo es un poco caos y hay más dudas que orden jejeje
¿Cómo ha llegado septiembre para vosotros?
Imagino que también con mogollón de cosas buenas y nuevas por hacer, así que no os lio más. Bueno, antes de despedirme aprovecho una anécdota para contaros algo más sobre el libro: Resulta que hablando con una compi antes de empezar a currar, luego de preguntarnos cómo fue el verano me dice: ¿Ya encargaste?, y cómo no sabía a qué se refería, le pregunté y me responde: ¿Ya encargaste bebé?. Por supuesto, entre risas le respondí con un simple: «De momento no».
Al cabo de un rato empecé a darle vueltas a mi respuesta y recordé que una coach que sigo habla siempre de que cada proyecto en el que nos embarcamos y ponemos gran parte de nuestra energía, es un proceso de creación que genera un nacimiento; por tanto creo que mi respuesta tuvo que haber sido:
«Si, he encargado mi primer libro y además tengo en la recamara un montón de proyectos personales y con mi pareja para este nuevo curso, entre los que ciertamente esta el ser padres»
Os invito a sentiros prósperos y abundantes en cada actividad que realicéis y que os sintáis orgullosos de cada encargo/proyecto en el que estéis implicados, porque solo vosotros sabéis el valor que tiene y el aporte que hace a vuestras vidas.
Contadme, ¿Os sentís orgullosos de los encargos/proyectos en los que estáis implicados en todos los ámbitos de vuestras vidas?
Historia escrita en el año 2018
AdrIsa 😘