adrisacontacontos

Procesos. Parte 1

En primer lugar tengo que decir que echaba muchísimo de menos escribir; y sobre todo, echaba de menos sentarme a escribir #NuevasHistorias y contaros todo lo que estoy haciendo.

Sin embargo, antes de contaros todo lo que he hecho en este tiempo, prefiero retomar Adrisacontacontos con una historia que habla acerca de un tema que a todos nos toca por igual, ya que independientemente de la situación en la que nos encontremos, siempre estamos atravesando #Procesos

Justamente varios #Procesos son los que me han mantenido ausentes del blog. Pero vamos por partes.

Hoy vamos a hablar de los procesos en general y en otra #NuevaHistoria os cuento algunos de los procesos en los que yo me encuentro actualmente.

Coged un tentempié de vuestro agrado, sentaros cómodamente y regalaros éste ratito de lectura. Y si luego os apetece, me comentáis vuestra perspectiva con relación a los #Procesos. Yo me he preparado un cafecito con leche de almendras para beber mientras os cuento, vamos a ello.

Independientemente de nuestra situación económica, política, social, emocional, mental, física y/o espiritual; nos encontramos atravesando por uno o varios procesos. Sinceramente creo que siempre estamos en más de un proceso, puesto que somos seres humanos capaces de hacer más de una cosa a la vez, lo que implica que en cada una de las actividades que nos involucramos podríamos atravesar por un proceso.

No obstante, dependiendo de la complejidad del proceso y de si éste ha sido generado por nosotros o impuesto por una situación determinada; podemos ser más o menos conscientes de que estamos atravesando un proceso. Lo que para mí es la clave (estar conscientes) puesto que si sabemos que estamos en un proceso, podremos transitarlo con mayor facilidad y además aprenderemos lecciones valiosas que podremos aplicar en otros procesos similares o nuevos; e incluso nos evitaríamos la faena de volver a repetir el proceso en el caso de que haya sido doloroso/complicado/inesperado/ etc.

Parece sencillo pero la mayoría de las veces los procesos nos pillan por sorpresa, entonces cuando nos solemos dar cuenta, ya hemos reaccionado sin ponernos a reflexionar si habrían otras formas de salir mejor o más rápido de esos procesos. Y además, generalmente, incluso al darnos cuenta después de haber pasado el proceso, tampoco nos tomamos el tiempo para ver cómo llego ese proceso a nuestras vidas o si las cosas que hicimos nos valdrán como aprendizaje para aplicar si se repitiera, o en nuevos procesos.

Seguro estáis pensando que lo mejor es decidir los procesos para aprender y hacerlo cada vez mejor.

Siento desilusionaros, pero en primer lugar no podemos controlarlo todo e incluso decidiendo sumergirnos en un proceso determinado, podríamos no estar del todo atentos y por ende actuar en automático siguiendo muchas veces las pautas que otros han establecido para «hacerlo bien y rápido». Lo que nos dejaría en el mismo punto de antes de no aprendizaje.

Pero no os desesperéis, porque como decía al principio, la clave es ser conscientes de estar atravesando un proceso sin importar si ha sido elegido o ha llegado por sorpresa; ya que así podremos reconocer nuestra manera de reaccionar y poco a poco ir afinando nuestras reacciones hasta que podamos gestionarnos dentro de cualquier proceso con acciones congruentes.

¿A qué me refiero con gestionarnos?

Simplemente, es desarrollar nuestra capacidad de pararnos unos momentos antes de reaccionar ante las situaciones; pensando si en vez de reaccionar con el primer impulso que se me ocurra (gesto, palabra, grito, etc.) debo más bien accionar con todos mis sentidos para así evitarme el no encontrar la manera de recoger esa reacción que pudo haber herido a otros o incluso a mi mism@.

Sí, estoy de acuerdo, todos reaccionamos en la mayoría de las situaciones; pero cambiar reacciones por acciones conscientes y congruentes con los hechos también es un proceso que requiere de todo nuestro compromiso y nos beneficia mogollón.

Bebo un poco de café y sigo…

Entonces, desarrollar las habilidades de gestión de nuestras emociones, sensaciones, etc., con atención en nuestra forma de hacer las cosas y de interactuar, nos permitirá estar más presentes en cada uno de los procesos a los que nos enfrentemos en cualquier ámbito de nuestras vidas.

Los procesos no tienen porqué ser rápidos ni fáciles, sólo ser lo más productivos posibles; es decir, que nos permitan sumergirnos en ellos para gozarlos en todo su esplendor y así salir de ellos con la mayor cantidad de aprendizajes para seguir avanzando en el camino de la vida.

Asimismo, existen procesos que una vez asumidos pueden pasar a formar parte de nuestro funcionamiento habitual, sin embargo debemos seguir atentos y presentes para hacer reajustes cuando sea necesario, porque recordemos que lo único constante es el cambio y si no nos movemos y evolucionamos nosotros,  los ajustes naturales que pudieran sufrir los procesos ya existentes o el surgimiento de algún nuevo proceso, nos volverán a pillar por sorpresa.

¿Me he explicado hasta aquí?

Como buena profe, después de soltaros toda esta parrafada conceptual acerca de lo que son para mí los procesos; os voy a ejemplificar para que lo veáis un poco más claro.

Ejemplo 1:

A mí, siempre me han gustado los «no cumpleaños», es decir, regalar sin un motivo especial; sin embargo, como estoy en un proceso de saneamiento de mis cuentas, no puedo hacerlo aunque sienta el impulso de comprarles detalles a mi familia y amigos cada vez que doy un paseo por alguna tienda. Entonces, al reconocerme dentro de éste proceso, puedo tomar decisiones más congruentes sin reaccionar comprando y a la vez evitar justificarme detrás del: «es que les quiero y ellos lo valen», porque  el no tenerles siempre un «no cumpleaños» o incluso un detalle para su cumpleaños, no significa que les quiera menos, significa que estoy siendo consecuente con mi proceso.

Ejemplo 2:

Desde hace un tiempo me sumergí en un proceso de consumo responsable, en el que me he comprometido no solo a comprar lo necesario en todos los sentidos (ropa, enceres, alimentación, etc.) sino también a que dichas compras tengan el menor impacto en el medio ambiente y por supuesto en mi salud (si compro los alimentos que debo comer y me hacen bien, consumo menos cosas en general y también menos cosas de las que vienen en plástico).

Reflexión acerca de los ejemplos:

Si os fijáis, ambos ejemplos están muy relacionados entre sí, lo cual ejemplifica además lo que os decía un poco más arriba acerca de que las  acciones conscientes y congruentes nos benefician mogollón; ya que a medida que desarrollamos las habilidades  para estar más presentes en nuestros procesos, poco a poco nuestras acciones se van homogeneizando, permitiéndonos así  escoger  procesos que se puedan atravesar bajo premisas similares y aunque os parezca increíble, la vida nos va presentando procesos sincronizados con nuestras nuevas habilidades para continuar puliéndolas y avanzar hacia cosas nuevas y mejores.

Reflexión mucho más profunda de los ejemplos:

Más allá de la sincronía de los procesos de los ejemplos anteriores (económico y consumo responsable), lo verdaderamente importante es apreciar las cosas que tenemos y pasar tiempo con las personas que queremos para generar #MomentosMágicos que formaran parte de nuestros más valiosos recuerdos, los cuales son lo único que nos llevaremos al marchar de la vida.

¿Lo veis más claro con los ejemplos? Espero que si.

Hasta aquí podría dejar mi reflexión sobre los procesos, pero no puedo acabar sin destacar que además de reconocernos y sumergirnos en nuestros procesos, debemos evitar en la medida de lo posible,  explicar a otros lo que estamos haciendo y cómo, puesto que como os comentaba antes, ya resulta bastante complejo mantenernos atentos y presentes en cada paso de nuestros procesos como para además invertir energía en dar explicaciones.

Igualmente, en la mayoría de las ocasiones, cuando las otras personas nos preguntan cómo estamos consiguiendo determinada cosa, lo hacen para saber si estamos bien y nosotros nos extendemos con lujo de detalles casi como si quisiéramos convencer a los otros de que el proceso que atravesamos es el mejor y sobre todo las herramientas o habilidades que hemos descubierto para atravesarlo son las mejores.

Entonces podemos resultar ofensivos sin quererlo, ya que la otra persona no está atravesando un proceso como el nuestro y pudiera sentir que lo que le decimos es para atacarle, cuando en realidad lo que queremos es oírnos a nosotros mismo en voz alta para confirmar que vamos por buen camino.

Así que cuando las personas nos pregunten sobre nuestros procesos, es recomendable tomarnos unos instantes antes de contestar con una retahíla de argumentos o explicaciones; y en primer lugar decir que es un proceso que decidimos o bien nos llegó por sorpresa y que de momento lo vamos llevando de la mejor manera posible. Si la persona continua preguntando, porque ve los buenos resultados que hemos obtenido, pues quizás podríamos extendernos un poco más, pero siempre teniendo en cuenta que la otra persona sólo quiere información general y de momento no hay que describirle con pelos y señales todo lo que hemos hecho porque aún no sabemos si quiere atravesar ese proceso o no.

Espero que os haya gustado muchísimo esta reflexión, y  espero vuestros comentarios acerca de los procesos como los veis vosotros.

En las partes dos y tres de este Adrisacontacontos #Procesos, hablaré un poco de dos procesos por los que estoy atravesando. El primero es un proceso mucho más visual porque ha sido un cambio físico que ha significado un gran avance para mi salud y en el otro profundizaré acerca de lo que ha sido el  proceso de agregar la meditación a mi vida; pero no me extiendo más por hoy,  así que nos leemos prontito en una #NuevaHistoria de Adrisacontacontos.

Historia escrita en el año 2019

AdrIsa 😘

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