En la parte 2, os conté el proceso que implicó el cambio de hábitos alimenticios que me ha llevado a un cambio de hábitos de vida para mejor.
Os agradezco muchísimo todos los mensajitos por privado que me habéis escrito en IG, comentando lo bien que me sienta éste cambio; espero que además os valgan las herramientas que os propongo por si estáis atravesando un proceso similar en el que buscáis una mejorara de vuestra alimentación y por ende de vuestra vida.
Así que hoy, tal y como os prometí, os hablaré de otro proceso por el que estoy atravesando.
Antes de comenzar quiero deciros que para mí, la meditación, ha sido el proceso que más se ha mantenido en el tiempo a lo largo de mi vida y que por tanto he tenido que ir adaptando y modificando de acuerdo a los cambios que he realizado, por ende aunque en un principio tenía pensado hablar de las herramientas que ahora utilizo, voy a contaros en profundidad todo lo que implica el simple hecho de tomarnos como mínimo 5 minutos para estar con nosotros mismos y observar nuestros pensamientos.
Eso quiere decir que traigo mucha tela que cortar, por eso coged un tentempié, sentaros cómodamente y regalaros estos minutos de lectura.
En mi libro Diario de un Time Out, en la parte que se titula “P.D.: La meditación no llegó a mi vida con el Time Out”, os comento que la meditación llegó a mi vida hace muchos años por casualidad y que en el transcurrir del tiempo me he dado cuenta que lo importante de meditar, no es encontrar una fórmula mágica para aplicar sólo el tiempo que dure la meditación y luego volver a funcionar de la misma manera que he hecho siempre; es más bien aplicar la tranquilidad que obtengo durante la meditación para introducirla en mi día a día y funcionar mejor en todos las interacciones; es un cambio de hábitos; es un cambio de vida.
Un cambio que implica mucha disposición al cambio (suena redundante, lo sé, pero es así) porque al meditar no solo aquietamos nuestra mente y nos sentimos más tranquilos, también es un momento para encontrarnos con nosotros mismos y descubrir todo aquello que nos preocupa, que nos enfada, que nos alegra, que nos altera, que nos entusiasma, que nos motiva, etc.; y así poder asimilar todo lo que nos ocurre organizándolo en nuestro interior para abordar nuestros procesos buscando las herramientas que nos permitan hacerlo mejor y evitar repetir una y otra vez las mismas reacciones inadecuadas. Es decir, cambiar reacciones inadecuadas por acciones conscientes haciéndonos responsables de lo que ocurre en nuestras interacciones.
¿Y cómo conseguimos cambiar reacciones inadecuadas por acciones conscientes?
Bueno, antes de responder a esa pregunta, como siempre digo, yo os voy a contar lo que a mí me funciona:
En primer lugar, luego de meditar y reconocer todo aquello que me hace ruido, es decir, todo aquello que siento que no me está permitiendo funcionar de forma fluida y tranquila en todos o en algún ámbito de mi vida; escribo en un papel (o en el blog de notas del móvil) lo que es más importante resolver considerando la facilidad/complejidad y también el tiempo que debo invertir para solucionarlo; ya que así visualizo mejor todo el panorama de lo que me pasa y descubro los procesos que debo atender con inmediatez y los que puedo “aparcar” por un tiempo.
Por ejemplo, si al final del día me siento incomoda o intranquila, medito para valorar si estoy así por algo concreto que me ocurrió en el transcurso del día o bien es algo que llevo arrastrando de otras situaciones; de esta forma puedo buscar la solución o despejar un poco el panorama y verlo desde otra perspectiva, descansar mejor y al día siguiente no llevar tantos “pesos” acumulados.
Paréntesis: Lo de aligerar “pesos” a diario es fundamental, porque cada nuevo día es único y por ende nos trae “pesos” nuevos. Entonces, si no identificamos y organizamos esos “pesos”, creedme que el desequilibrio crecerá de manera desproporcionada en algún ámbito de nuestras vidas (o en todos) y nos sentiremos cargados de un mogollón de cosas que se instalaran en nuestro funcionar a nivel físico, mental, espiritual y emocional; por lo que reaccionaremos de forma inadecuada en todas nuestras interacciones. Cierro paréntesis.
Entonces, luego de mis meditaciones en las que he identificado mis procesos y la forma de abordarlos, me pongo manos a la obra intentando recordarme que debo ir poco a poco, sin fustigarme por no avanzar o no resolverlos en el tiempo que espero.
Otro paréntesis: En la parte 2 de #Procesos os dije que os comentaría cómo gestioné la recepción poco óptima, por parte de mi familia, de la información acerca del cuidado de la alimentación para mejorar nuestro metabolismo y por ende nuestro sistema nervioso. Os lo menciono aquí “brevemente” porque viene a cuento con lo que digo en el párrafo anterior, para evitar meterlo en cualquier otra parte de la historia e irme por las ramas como suelo hacer a menudo, ya que conecto mogollón de temas a la vez (mis amigas lo saben por el tamaño de los audios que les envío jejeje).
Resulta que luego de intentar abordar el tema varias veces a pesar de la resistencia que obtenía, me enfadé y empecé a evitar hablar de ese tema y de cualquier otro; lo que me hizo estar algo desagradable cuando hablaba con ellos porque me resultaba molesto que no pudieran ver los beneficios que representaría para su salud y su vida sumergirse en ese proceso. Entonces, una noche me acosté “rumiando” en mi cabeza toda mi rabia y por ende dormí muy mal, así que sobre las 4 de la madrugada me levanté de la cama y me fui al salón dispuesta a escribirles y decirles con un montón de adjetivos recriminatorios que estaban muy mal por no hacer lo que es mejor para ellos. Cuando llevaba medio mensaje redactado, se activo un recordatorio que tengo en el móvil para llevarme a la atención y presencia (os lo cuento más adelante); y sentí que antes de seguir escribiendo debía meditar unos minutos. Así lo hice.
Al acabar releí todo lo que había escrito y me di cuenta que la meditación fue mejor opción que seguir escribiendo, porque nuestras emociones y pensamientos se desbordan y si nos dejamos arrastrar por ellos podemos luego arrepentirnos de haber soltado sin medida todo lo que nos apetecía; sobre todo cuando esa emoción o pensamiento, lleva a un juicio, opinión o comentario hacia otra persona o sobre alguna situación específica. ¡Es imperante aquietar la mente antes de hablar o escribir!
Esa es la parte más compleja de cualquier proceso, porque ciertamente asimilar una o varias maneras nuevas de hacer las cosas es difícil porque eso implica mucho esfuerzo y cambios de patrones ya establecidos; pero cuando se asimila, viene el siguiente paso que es aplicar y poner en práctica cada día todo lo aprendido.
Pero sin duda alguna, lo que es más difícil que batallar cada día con nosotros mismos para no volver a lo conocido o reaccionar en automático repitiendo sin pensar, es que debemos poner sobre la mesa nuestro proceso cada vez que interactuamos, porque aunque las otras personas ven el cambio favorecedor evidente, como están en sus propios procesos con sus cargas emocionales y patrones de pensamiento y acción establecidos, no son capaces de ver lo que ya nosotros hemos visto.
Y por más que nos empeñemos en explicarles cómo lo hemos hecho, siempre estarán sesgados por su visión; una visión que no es ni errada, ni mala, ni mejor, ni peor que la mía; es simplemente su visión desde sus procesos, sean cuales sean.
Entonces, debemos gestionar nuestra frustración al ver como personas que queremos se mantienen rígidas en sus patrones y se justifican a pesar de ver que no avanzan y que en vez de mejorar todo sigue igual o incluso peor.
Por todo esto y por las situaciones que se presentan a diario en cada interacción que establecemos, yo creo que es importante meditar y hacer una reflexión antes de hablar o escribir; porque a fin de cuentas lo que nosotros vemos es desde un punto de nuestros procesos que no necesariamente tiene que ser el de otros.
Debemos intentar en la medida de lo posible no juzgar, no valorar, no dar nuestra solución, y permitir que los otros vean esas soluciones, esas herramientas; que vean el camino a seguir, por sí mismos (de esto hablo un poco en Los estándares).
Obviamente, borre cada palabra de aquel mensaje recriminatorio para mi familia porque comprendí que si yo debo recordarme ir poco a poco en mis procesos, sin fustigarme por no avanzar o no resolverlos en el tiempo que espero; debo también ser amable con mi familia (y con cualquier otra persona) porque aunque no lo sepa o vea, seguramente están atravesando diversos procesos y lo menos que necesitan es que yo les critique por no apuntarse a un proceso que estoy haciendo yo.
Así mismo dejé de insistir en el tema de mejorar la alimentación y hablar sobre ello. Dejé que corriera el aire. Y con el pasar de los días, poco a poco fueron ellos los que me preguntaban cosas sobre el tema y yo les contaba hasta donde me pedían.
Actualmente están más inmersos en el proceso de mejora de hábitos alimenticios y por ende de hábitos de vida, de hecho hace unos días mi madre envío en el grupo de la familia este vídeo: “No me ponga más azúcar” . Poco a poco se van sumergiendo en el proceso, cada cual a su manera y en sus tiempos. https://www.youtube.com/watch?v=Onsg31EcBkw
Menudo paréntesis. Continuo con mi proceso de meditación. Bebed agua/café o una infusión como voy a hacer yo y seguimos.
Antes del paréntesis os decía que al acabar de meditar me pongo manos a la obra para solventar esas cosas que me hacen ruido; obviamente, esta parte es la más complicada, porque lo ideal es atravesar los procesos en un estado de tranquilidad muy parecido al de la meditación, pero como todos sabemos la realidad es otra cosa, porque no solo es atravesar nuestros procesos con todo lo que implican, es también interactuar con otras personas que a su vez están atravesando sus procesos; y eso es chispa pura para generar un buen incendio de reacciones inadecuadas, ya que cada cual gestiona lo que le ocurre de la mejor manera que puede y sabe.
Además, como ya os he comentado en otras ocasiones, cuando interactuamos no siempre tenemos la oportunidad de expresar con exactitud lo que nos ocurre, bien sea porque ni nosotros lo hemos identificado o porque no es el momento ni la persona con la que podemos profundizar acerca de lo que estamos atravesando.
Por ende, otra de las cosas que me facilita la meditación es estar atenta y presente en cada interacción para identificar cómo me siento en cada una, es decir, si me siento alegre o triste, incomoda o tranquila; para luego buscar porqué me siento así con esa o esas personas, ya que la mayoría de las veces tiene más que ver con lo que me pasa a mí que con lo que esas personas dicen o hacen.
Desde mi punto de vista, cada acción de otro que me remueve para bien o para mal, tiene que ver con algún proceso que yo no he visto y debo atender o bien con algún proceso que ya atravesé y me resulta difícil comprender o empatizar con el punto en el que se encuentra esa persona; generándose así una incomodidad que puede llevarme a reaccionar inadecuadamente en vez de accionar conscientemente desde la nobleza de comprender que esa otra persona también está atravesando uno o varios procesos.
Así mismo la meditación me ha permitido descubrir otras herramientas que son muy favorecedoras en cada proceso que atravieso, por ejemplo el usar frases positivas y motivadoras; borrando de mi vocabulario y mi accionar las frases derrotistas que nos decimos a nosotros mismos incluso antes de empezar a hacer nada: “yo no puedo”, “yo no tengo tiempo”, “de algo hay que morir”, “eso es muy complejo”, “eso es un coñazo”, “yo paso de estar pensando”, “yo no tengo tanta fuerza de voluntad”, “eso lo puedes hacer tu porque no tienes tantas preocupaciones como yo”, “tu lo haces porque tienes quien te apoye”, “tú tienes menos años y es más fácil para ti”, “hacerlo solo es muy difícil”, entre otras.
Abro un paréntesis para profundizar en la frase “hacerlo solo es muy difícil”:
Ciertamente el apoyo externo es importante, pero la motivación y el compromiso sólo se encuentran dentro de cada uno de nosotros. Y cuando la gente vea que en realidad es muy bueno lo que estamos haciendo, quizás cambien su actitud inquisidora y dejen de juzgarnos por ese proceso “raro” en el que estamos y empiecen a apoyarnos (aunque sea a su manera) para no desistir y seguir adelante. ¿Recordáis lo que os decía en la parte 1 de #Procesos con relación a evitar dar explicaciones?, pues eso, que la energía debemos centrarla en atravesar nuestro proceso no en convencer a otros para que nos apoyen porque las acciones hablan más que las palabras. Empecemos a hacer lo que es bueno para nosotros.
Y en este punto, voy a ser algo dura, pero suele ocurrir así, si las personas que nos rodean no son capaces de comprender y ver lo bien que estamos con la aplicación de nuevas formas de hacer las cosas que nos favorecen, poco a poco y sin buscarlo nos alejaremos de ellas, no porque queremos, si no porque no compensa pasar la única vida que tenemos explicando ni complaciendo a otros para que nos quieran.
Creedme cuando os digo que eso también es un proceso por el cual he pasado, porque el entorno a veces no ayuda o porque no tengo el día, o porque me apetece sumergirme en el automatismo en el que vive la mayoría de la gente. Pero cuando eso me ocurre, me recuerdo a mi misma todo lo que he logrado y todos los beneficios que representa para mi continuar haciendo las cosas que me favorecen a mí, independientemente de lo que otros piensen o de lo fácil que es caer en las frases típicas y asumirlas como ciertas. Es decir, vuelvo a ME- EDITAR (me vuelvo a editar y continuo).
Os comparto un enlace a un video que habla sobre este tema, se llama
Las personas que me rodean ¿me ayudan o me estancan? Eli Bravo en D`mente positivo de Ismael Cala https://www.youtube.com/watch?v=U89tOg0rF9E
Cierro paréntesis y sigo con lo de las frases:
Daros cuenta que generalmente no solemos creer que las frases positivas nos puedan ayudar o aseguramos que tampoco nos pueden favorecer o llevar a hacer las cosas con más optimismo y entusiasmo, y menos nos proponemos llevarlas a cabo porque eso solo lo pueden hacer algunos. Sin embargo repetimos como loros aquellas que nos desmoralizan y aun encima las aplicamos con los ojos cerrados sin rechistar; en la vida todo depende de cuánto nos creamos lo que nos proponemos: si yo me propongo no hacer nada por mi salud, conseguiré estar enfermo o mal la mayoría del tiempo; si yo me propongo dar un paso por pequeño que sea cada día para mejorar mi salud, al final lograré estar más sano.
Pensad un segundo conmigo, si no os valen las frases positivas y optimistas que motivan a seguir esforzándonos y dejar de funcionar en automático, ¿por qué os valen las que apuestan al fracaso y a seguir funcionando en automático sin pensar en lo que es realmente bueno para vosotros mismos? ¿por qué os valen las frases sarcásticas para justificaros?
Os dejo que respondáis a esas dos preguntas cuando os sintáis reflexivos.
Con la meditación podemos trabajar la mente cada día, como si fuésemos al gimnasio (no se saca músculos en un día), todos los días hay que hacer un poco; porque ser positivos no implica que todo vaya bien siempre, simplemente nos garantiza que gestionaremos mejor cada situación que se nos presente.
Como veis meditar es mucho más que ponerse musiquita relajante y cerrar los ojos. Es un proceso vivo.
Pero no he hecho esta historia con la finalidad de que empecéis a meditar (aunque ya os digo que los beneficios son incalculables), porque no es la única manera de lograr atravesar los procesos; así que yo os invito a buscar las herramientas que os permitan gestionaros de la forma más óptima en todos los ámbitos de vuestras vidas sacando lo mejor a nivel emocional, espiritual, físico y mental; y por supuesto actualizar esas herramientas porque estamos en constante evolución y movimiento.
Nuestro sistema de valores y lo que nos interesa se mueve y cuando intentamos mantenernos dentro del corset de lo que somos y hacemos porque es “nuestra personalidad”, porque es “nuestra esencia”, porque “siempre hemos sido así”; sin modificar las formas de hacerlo a pesar de habernos movido y por ende ver la vida con otros matices, nos apagamos, nos matamos lentamente, nos volvemos irascibles todo el tiempo porque esa manera de hacer las cosas ya no está alineada con lo que ahora vemos, somos y hacemos.
Aquí podeís ver otras actividades diferentes a la meditación que me ayudan a estar más tranquila y a conectar conmigo:
- Tomar un rico te (generalmente lo compro a granel y de la marca yogui tea porque están muy ricos y traen un mensajito para reflexionar)
- Ver atardecer
- Tomar el sol siempre que pueda
- Caminar por la playa descalza, sin importar la estación (siempre que no llueve claro está).
Antes de terminar os voy a dejar un listado de enlaces que se relacionan mucho con todo lo que os he contado en esta historia y si brujuleáis un poco en internet seguro encontrareis muchísimos más.
Metabolismo TV, que es el mismo que habla sobre la alimentación (como veis, todo es lo mismo, como se lo describe un Yogui a Elizabeth Gilbert, quien a su vez lo cuenta en uno de los capítulos de su libro Come, reza, ama)
Episodio número 1799 Cantar mejora la salud https://www.youtube.com/watch?v=HWCAIcfUEvw Este yo lo aplico muy a menudo; en IG en los destacados #ModoInspiración hay una muestra de ello jejee (Nota actualizada 2021: pronto os subiré al IG de Entre Saberes y Sabores, alguno de esos momentos en los que canto)
Episodio número 1793 El secreto para no envejecer https://www.youtube.com/watch?v=JXjLIg1PpiQ
Episodio número 1784 El poder de la respiración profunda https://www.youtube.com/watch?v=sr__uvpVWCE
Episodio número 1740 Dormir bien desintoxica el cerebro https://www.youtube.com/watch?v=oIO5ZgwxdgI&t=3s
Episodio número 1760 12 tipos de estrés https://www.youtube.com/watch?v=1Y9USf4oQ3U&t=3s
Episodio número 1614 20 características de la gente tóxica https://www.youtube.com/watch?v=T51zd8ugjmQ
Episodio número 1043 Trucos para tranquilizar el sistema nervioso https://www.youtube.com/watch?v=F5sw8VUGuzo
Mia Astral
El poder de la comunicación interna https://www.youtube.com/watch?v=sPLzg4YlK6g&t=4s
Mentalidad de abundancia vs. mentalidad de carencia https://www.youtube.com/watch?v=cD1a_qvUGA8
Tips para conectar con el cuerpo https://www.youtube.com/watch?v=FdWptfFuQs4
Nota actualizada 2021: Os recomiendo escuchar su podcast: 99% con Mia Astral
Sadhguru
Solo haz esta cosa para ser feliz https://www.youtube.com/watch?v=0ZaHJRqzZ4c
Erika De La Vega
Cualquiera de sus podcast o videos #EnDefensaPropia
También os voy a dejar algunas herramientas que utilizo para meditar y para mantenerme atenta y presente en mis interacciones.
App:
- Oprah & Deepak: Aquí encontrareis meditaciones guiadas en inglés (gratuitas y de pago) que os harán más amenas las meditaciones.
- MindBell: Os ayudará a establecer vuestros tiempos de meditación acompañados de sonidos iniciales, intermedios y finales. Además cuenta con un recordatorio (al que podréis poner el sonido que más os guste) que suena de forma aleatoria durante el día y cuya función es llamaros a la atención y presencia (es el que os mencioné en uno de los paréntesis de la historia de hoy); es decir que cuando suena deberíais hacer una parada en lo que estéis haciendo (es breve, os lo prometo) para valorar si estáis reaccionando inadecuadamente o más bien estáis poniendo todo vuestro empeño en accionar conscientemente en cada interacción. De hecho, si estáis usando el móvil, mientras suena el recordatorio no podéis acceder a ninguna función o app del mismo, lo que realmente os centra en si lo que estáis haciendo es provechoso para vosotros 😉
- Insight Timer: Cuenta con mogollón de contenido gratuito (también hay de pago) en inglés y español relacionado con el mÍndfulness y la meditación (podcast, meditaciones guiadas, música, etc.).
Existen muchas otras herramientas en el vasto mundo del internet, así que buscad y haceros con las que más se adecuen a vosotros.
Espero que hayáis disfrutado con las tres partes de procesos (siento todos los paréntesis de esta tercera parte, espero que no os hayáis perdido mucho) y que al leerme seáis conscientes de que estas historias/reflexiones solo han sido mis procesos y que si os resuena algo tanto en positivo como en negativo (que sintáis rabia, molestias con algo que he dicho) eso habla más de vuestros procesos que de los míos; ya que hay algo en vosotros que quiere cambiar y moverse.
Estad atentos y presentes para que viváis vuestros procesos a plenitud y os llevéis un buen sabor de boca de cada interacción y por ende de esta vida.
Me despido con este pensamiento que me encanta…
“Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía; porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos: debemos morir una vida para entrar en otra” Anatole France
Historia escrita en el año 2019
AdrIsa 😘