La segunda parte comienza en un pequeño hostal de una ciudad de Galicia, cuando la familia (los 7 miembros y su perrita) agotada por el viaje (13 horas), descubre que las habitaciones reservadas están en la segunda planta y no hay ascensor. Suben en múltiples viajes sus 14 maletas. Al terminar, los padres se fueron a formalizar el alquiler del piso, sin embargo los requisitos eran la pescadilla que se muerde la cola: para firmar el contrato, les pedían el DNI que se obtenía con el padrón y este a su vez se obtenía con el contrato de alquiler.
Luego de varios días de gestiones, la casera del piso accedió firmar el contrato con el pasaporte como garantía; y pudieron mudarse a su nueva casa. Muchas semanas de gestiones transcurrieron, hasta que obtuvieron toda la documentación que les permitía estar legalmente en este nuevo país.
Comenzaron a interactuar con esta nueva sociedad y comprobaron que:
- La mitad de las palabras utilizadas, aunque hablaban castellano, eran diferentes. Tuvieron que hacerse con el vocabulario imperante y además aprender a entender conversaciones en gallego (aunque en la republica independiente de su casa siguen expresándose en venezolano puro jejejeje).
- Tenían que salir como una cebolla, es decir, con un montón de capas porque aunque amaneciera lloviendo (palo de agua) podía salir el sol e incluso hacer calor. Y desarrollaron la habilidad de quitarse los guantes sin que se caiga el paraguas ni la tarjeta del bus (malabaristas en potencia jejeje).
- Las comidas no eran en el mismo horario (a las 12 se queda para tomar el vermú, no para comer) y se toman varios cafés al día en los bares (aquí se les llama así a las cafeterías) junto con un tentempié incluido en la consumición. Es decir, dejaron de hacer los desayunos potentes para aguantar todo el día y empezaron a comer sobre las 13:30h.
- En vez de dar la mano al presentarse, tenían que dar dos besos. Menuda se montaba cuando estaban todos, ya que eran 14 besos a cada persona. Curiosamente, en Venezuela, los besos solo se les dan a los allegados, pero aquí de primeras a todo el mundo y luego solo se saluda con un simple ¡Hola! (¡sin beso ni na!). Aunque siempre que pueden le dan un beso y abrazo a toda persona allegada que se los permita jejejeje
- Aquellas costumbres que les habían enseñado, con base en el “Manual de Carreño” (http://www.manualespdf.es/manual-carreno/) no aplicaban. Por ejemplo: ¡Hola! se usa para todos los momentos del día (se suprimen: buen día, buena tarde, buena noche) y para todas las personas (en Venezuela es un saludo cercano que da pie para conversar).
- Los días de calor primaveral, son como un día nublado y frío en Caracas, así que cuando llega el verano con sus 25º hay que salir y coger toda la vitamina C que se pueda. Y guardar en la memoria, como un tesoro, los días soleados, para llevar con ánimos las lluvias y bajas temperaturas del otoño-invierno.
Podría seguir describiendo las cosas que les sorprendieron/aprendieron. Sin embargo, a pesar de la década que van a cumplir en este país, continúan descubriendo en cada nueva vivencia razones para sentirse absolutamente venezolanos y también españoles. Comprueban cada día que son parte de este lugar llamado Mundo en el que las personas no son cosas, por eso vienen sin etiquetas (sudaca, europeo, emigrante) ni garantías (durará 3 años siendo mala o buena).
Adelante familia bonita #NoronhaSaldarriaga
Historia escrita en el año 2016
AdrIsa 😘