adrisacontacontos

Soundtrack

¿Qué es lo primero que os viene a la cabeza con el título de mi historia?

Seguramente pensaréis en todas esas canciones de películas que habéis tarareado sin parar por su ritmo pegajoso, por su dulce melodía o por su bonita letra. Ciertamente, os voy a hablar de canciones, pero no de películas; más bien voy a contaros la conclusión a la que llegamos mis amigas y yo,  sobre la gran influencia que tiene la música en nuestras vidas.

Hace algún tiempo, conversando con mis amigas, comentábamos un artículo que hablaba sobre la importancia de no repetirnos mensajes negativos o tristes que nos pusieran de mal humor o hicieran decaer nuestro ánimo ante las diferentes situaciones que se nos presentaban. Luego de un gran debate, nos propusimos estar atentas con esas expresiones que nos repetíamos cuando algo no salía como queríamos; para luego ponerlo en común y así ayudarnos a mantener el buen ánimo.

Transcurrieron los días y cuando volvimos a coincidir, empezamos a hablar de todo un poco hasta que retomamos el tema de las frases/ expresiones dañinas. Nos dimos cuenta que generalmente, en los momentos en los que nos sentimos estresadas o agobiadas con alguna situación que no nos agrada, más allá de decirnos en voz alta o en nuestra mente frases desalentadoras, solemos ponernos música. Empezamos a enumerar las canciones que escuchábamos para ampliar nuestras listas de reproducción… Hasta que reparamos en que los títulos de algunas canciones eran tristes y por ende las letras eran muy melancólicas. Decidimos hacer limpieza de nuestras listas de reproducción y agregar más canciones que hablen de cosas buenas y transmitan buenas vibras.

Con toda mi buena disposición, me senté frente a las carpetas de música de mi portátil. Todo iba genial hasta que encontré unas cuantas carpetas que contenían canciones que me habían pasado otras personas; algunas eran tristes y otras alegres, sin embargo, mi conexión con ellas trascendía sus letras porque me conectaban con aquellas personas y con los momentos vividos juntos. Me sentí tentada a borrarlas sin más, pero me arme de valor y las escuché. Por supuesto me invadieron muchos  sentimientos: rabia, tristeza, dolor. Lloré, y a continuación, me permití redescubrirlas desde mi situación actual y comprobé que sus letras eran positivas y que cuando las heridas de lo que ocurrió con aquellas personas se me cerraran bien, podría volver a ellas buscando su alegría.

Reconozco que mis listas de reproducción musical, quedaron casi intactas, puesto que las canciones alegres me ayudan a mover el esqueleto para soltar toda esa mala vibra que a veces se acumula; y las canciones tristonas me las pongo para soltar los lagrimones de impotencia ante situaciones que no me gustan. En conclusión, creo que la música nos acompaña siempre y por eso debemos estar atentos de lo que tarareamos sin parar, para así poner en nuestras vidas buenos soundtracks que nos conecten con lo más profundo de nosotros (triste o alegre) y luego salir a dar lo mejor de nosotros para obtener todo lo bueno que la vida nos regala siempre!

Contadme, ¿qué tipo de soundtrack le ponéis a vuestro día a día?

Historia escrita en el año 2017

AdrIsa 😘

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Verificado por MonsterInsights